Notes
Les Musulmans, au moment de leur conquête de l’Espagne, ont en effet appliqué cette politique envers les vaincus chrétiens, autorisés à conserver leur foi en échange d’un impôt spécial – ils constituent la communauté des ‘mozarabes’. Tout au long de la Reconquête, les Espagnols firent de même avec les Musulmans, appelés alors, une fois soumis politiquement aux Chrétiens, ‘mudéjars’. La différence est que les mozarabes bénéficiaient d’un statut prévu et réglementé par la loi coranique, alors que la législation chrétienne ne prévoyait pas ce cas de figure, et dut improviser constamment. Voir Las Cagigas (1950, 506-538).
« La intolerable ambigüedad de la situación morisca ».
Ce corpus est composé de l’anonyme Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa (1550), des Guerras civiles de Granada de Ginés Pérez de Hita (1595 et 1619), de l’« Historia de los dos enamorados Ozmín y Daraja », intercalée dans le Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán (1599), des chapitres 37 à 41 de la Première partie du Quichotte de Cervantès (1605), et des chapitres 54 et 63-65 de la Seconde partie (1615).
« Las imágenes antitéticas del buen abencerraje y del moro sanguinario, violador y fanático son, al fin y a la postre, perfectamente reversibles: inseparables una de otra, emergen guadianescamente a lo largo de ocho siglos de literatura según nuestras conveniencias y sicosis como caras de una misma moneda ».
Ainsi, au XVIIIe siècle, nous trouvons encore des traces d’une présence morisque suffisamment importante pour inquiéter l'Inquisition : « Así, entre los meses finales de 1727 y enero de 1728 son encarceladas 328 personas. Las detenciones son tan masivas y la histeria tan grande que en un momento dado la Inquisición de Granada se plantea si no sería conveniente que el Rey decretara una nueva expulsión de los moriscos, y así se lo propone a la suprema. » (Garcìa Ivars 1991 : 185).
« Como la mayoría de los moriscos castellanos hablaban muy bien el castellano y se vestían al igual que sus convecinos cristianos, era imposible detectarlos, especialmente si volvían no a su pueblo de origen sino a otro donde no eran conocidos, algo que sabemos que hicieron al principio hasta que no había peligro en volver a sus casas. »
François Martinez (1999) réunit tous les textes des différents décrets d’expulsion qui ont été promulgués entre 1609 et 1614 ; on y trouve plusieurs « Cédulas reales para la expulsión de los moriscos vueltos y quedados » ou encore « ocultos y rezagados ».
Pour simplifier l’appareil bibliographique, nous ne citerons que les sources directement utilisées dans cet article. Néanmoins, le renvoi à des travaux fondamentaux sur la poétique cervantine et ses liens avec la question morisque reste indispensable. Nous pensons notamment aux ouvrages de Marquez Villanueva (1991 ; 2011).
Clandestin : « A. [En parlant d’un être inanimé concret et abstrait] Qui existe, fonctionne, se fait de manière secrète, en dehors de ceux qui exercent l’autorité, à l’encontre des lois établies, de la procédure normale et licite. B. [En parlant d’une personne] Qui se soustrait par nécessité aux représentants de l’autorité en place et vit en marge des lois ; qui échappe à la procédure normale. »
« Yo tendré lugar de contarte lo que me ha sucedido después que me partí de nuestro lugar, por obedecer el bando de Su Majestad, que con tanto rigor a los desdichados de mi nación amenazaba, según oíste. » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/54, 961) Les traductions citées dans cet article sont celles de Louis Viardot (1978).
« Que cualquiera de los dichos Moriscos que publicado este Bando, y cumplidos los tres dias fuere hallado desmandado fuera de su proprio lugar por caminos, o otros lugares hasta que sea hecha la primera embarcacion, pueda qualquier persona sin incurrir en pena alguna prenderle, y desbalijarle, entregandole al Justicia del lugar mas cercano; y si se defendiere, le pueda matar. […] Item, que qualquiera de los dichos Moriscos que escondiere, o enterrare ninguna de la hazienda que tuviere, por no la poder llevar consigo, o la pusiere fuego; y a las casas, sembrados, huertas, o arboledas, incurran en la dicha pena de muerte los vezinos del lugar donde esto sucediere. » (García-Arenal 1975 : 253). Il s’agit là du tout premier décret d’expulsion, celui qui fut publié à l’encontre des morisques de Valence le 22 septembre 1609. Les décrets suivants s’en inspirent.
« Si tú no me descubres, Sancho –respondió el peregrino–, seguro estoy que en este traje no habrá nadie que me conozca; y apartémonos del camino a aquella alameda que allí parece […] Hízolo así Sancho, y, hablando Ricote a los demás peregrinos, se apartaron a la alameda que se parecía, bien desviados del camino real. » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/54, 961).
Selon Julia Kristeva (1998 : 16-17), c’est même parce que le voyage a eu lieu que l’homme peut se définir : « Car ses hôtes dédaigneux n’ont pas la distance qu’il possède, lui, pour se voir et pour les voir. […] Car eux ont peut-être des choses, mais l’étranger a tendance à estimer qu’il est le seul à avoir une biographie, c’est-à-dire une vie faite d’épreuves – ni catastrophes ni aventures (quoiqu’elles puissent arriver les unes autant que les autres), mais simplement une vie où les actes sont des événements, parce qu’ils impliquent choix, surprises, ruptures, adaptations ou ruses, mais ni routine ni repos. »
Sancho, de fait, ne cesse de revendiquer cet « honneur du pauvre » qu’est l’ascendance vieille-chrétienne : « Sea par Dios –dijo Sancho–; que yo cristiano viejo soy, y para ser conde esto me basta. » (Cervantes [1605-1615] 2009 : I/21, 197) ; « […] y aunque pobre, soy cristiano viejo […] » (Cervantes [1605-1615] 2009 : I/47, 489) ; « […] que a fe de buen escudero que si hubiera dicho de mí cosas que no fueran muy de cristiano viejo, como soy, que nos habían de oír los sordos. » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/3, 571).
« Sancho […] finalmente le vino a conocer de todo punto y, sin apearse del jumento, le echó los brazos al cuello » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/54, 961).
« en voz alta y muy castellana » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/54, 960).
« sin tropezar nada en su lengua morisca, en la pura castellana » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/54, 963).
« todos juntos comenzaron a cantar en su lengua lo que Sancho no pudo entender […] Entonces uno de ellos sacó una bolsa del seno y mostrósela a Sancho, por donde entendió que le pedían dineros, y él, poniéndose el dedo pulgar en la garganta y extendiendo la mano arriba, les dio a entender que no tenía ostugo de moneda » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/54, 960).
« Item, todos se abstienen de vino y tocino y es cosa sin duda que no lo hacen por macerar la carne ni por hacer penitencia de sus pecados, pues no confiesan cometerlos, sino que lo hacen por ser precepto de mahoma y ser ellos sus discipulos; esta ceremonia tambien la tomo mahoma de los judios en lo que toca al tocino. » « Parecer de don martín de salvatierra, obispo de segorbe, acerca del estado en que están los moriscos » cité également par Boronat (1901, I, 619-633). Traduction par l’auteur.
« huesos mondos de jamón, que si no se dejaban mascar, no defendían el ser chupados. » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/54, 961).
« Pero lo que más campeó en el campo de aquel banquete fueron seis botas de vino, que cada uno sacó la suya de su alforja: hasta el buen Ricote, que se había transformado de morisco en alemán o en tudesco, sacó la suya, que en grandeza podía competir con las cinco. » Cervantes [1605-1615] 2009 : II/54, 961-962). D’autre part, Ricote, en voyant Sancho, s’exclame « ni estoy ahora borracho » (II/54, 960), sous-entendant ainsi qu’il lui arrive de l’être. Une telle insistance sur la question de l’alcool ne saurait être gratuite.
« Finalmente, con justa razón fuimos castigados con la pena del destierro, blanda y suave al parecer de algunos, pero al nuestro la más terrible que se nos podía dar. Doquiera que estamos lloramos por España, que, en fin, nacimos en ella y es nuestra patria natural; […] No hemos conocido el bien hasta que le hemos perdido; y es el deseo tan grande que casi todos tenemos de volver a España que los más de aquellos, y son muchos, que saben la lengua, como yo, se vuelven a ella y dejan allá sus mujeres y sus hijos desamparados: tanto es el amor que la tienen; y ahora conozco y experimento lo que suele decirse, que es dulce el amor de la patria. » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II, 54, 963-964).
Ricote explique en effet : « junteme con estos peregrinos, que tienen por costumbre de venir a España muchos de ellos cada año a visitar los santuarios de ella, que los tienen por sus Indias, y por certísima granjería y conocida ganancia: ándanla casi toda, y no hay pueblo ninguno de donde no salgan comidos y bebidos, como suele decirse, y con un real, por lo menos, en dineros, y al cabo de su viaje salen con más de cien escudos de sobra, que, trocados en oro, o ya en el hueco de los bordones o entre los remiendos de las esclavinas o con la industria que ellos pueden, los sacan del reino y los pasan a sus tierras, a pesar de las guardas de los puestos y puertos donde se registran. » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/54, 964). Au sujet de ce système, voir Liu (2007 : 53-66).
« Ahora es mi intención, Sancho, sacar el tesoro que dejé enterrado, que por estar fuera del pueblo lo podré hacer sin peligro, y escribir o pasar desde Valencia a mi hija y a mi mujer, que sé que están en Argel, y dar traza como traerlas a algún puerto de Francia y desde allí llevarlas a Alemania, donde esperaremos lo que Dios quisiere hacer de nosotros. » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/54, 964-965).
« Siempre tuve yo mala sospecha –dijo Ricote– de que ese caballero adamaba a mi hija, pero, fiado en el valor de mi Ricota, nunca me dio pesadumbre el saber que la quería bien, que ya habrás oído decir, Sancho, que las moriscas pocas o ninguna vez se mezclaron por amores con cristianos viejos, y mi hija que, a lo que yo creo, atendía a ser más cristiana que enamorada, no se curaría de las solicitudes de ese señor mayorazgo. » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/54, 967).
« Que, en resolución, Sancho, yo sé cierto que la Ricota mi hija y Francisca Ricota mi mujer son católicas cristianas, y aunque yo no lo soy tanto, todavía tengo más de cristiano que de moro, y ruego siempre a Dios me abra los ojos del entendimiento y me dé a conocer cómo le tengo de servir. » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/54, 965) .
On trouve la formule « quien tenia Moro tenia oro: y quanto mas Moros, mas oro, o mas ganancia » chez Bleda (1618 : 886). Chez Correas (2000 : 662), « Puede meter moros en Castilla » est accompagné de l’explication « De uno que es muy poderoso y rico ».
« todo su intento es acuñar y guardar dinero acuñado, y para conseguirle trabajan y no comen; en entrando el real en su poder, como no sea sencillo, le condenan a cárcel perpetua y a escuridad eterna; de modo que ganando siempre y gastando nunca, llegan y amontonan la mayor cantidad de dinero que hay en España. » (Cervantès [1613] 1995, p. 299-359).
« mira si quieres venir conmigo, como te he dicho, a ayudarme a sacar el tesoro que dejé escondido (que en verdad que es tanto que se puede llamar tesoro) » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/54, 966) ; « volví […] a buscar mi hija y a desenterrar muchas riquezas que dejé escondidas » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/63, 1042) ; « ofreció Ricote para ello más de dos mil ducados que en perlas y en joyas tenía » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/63, 1043).
Nous soulignons.
Ce texte est, certes, légèrement postérieur au roman étudié ici ; néanmoins, les arguments qu’il mobilise sont tributaires de schémas bien établis, qui circulaient probablement depuis déjà un siècle au moins. Tous les textes produits par les apologistes de l’expulsion sont donc des témoins privilégiés des constructions discursives autour de la communauté morisque.
« […] y forzábame a creer esta verdad saber yo los ruines y disparatados intentos que los nuestros tenían, y tales, que me parece que fue inspiración divina la que movió a Su Majestad a poner en efecto tan gallarda resolución, no porque todos fuésemos culpados, que algunos había cristianos firmes y verdaderos, pero eran tan pocos, que no se podían oponer a los que no lo eran, y no era bien criar la sierpe en el seno, teniendo los enemigos dentro de casa. » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/54, 963).
« no era bien criar la sierpe en el seno » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/54, 963) ; « como él ve que todo el cuerpo de nuestra nación está contaminado y podrido » ; « usa con él antes del cauterio que abrasa que del ungüento que molifica » ; « porque no se le quede ni encubra ninguno de los nuestros, que como raíz escondida, que con el tiempo venga después a brotar y a echar frutos venenosos en España » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/65, 1052-1053).
On retrouve d’ailleurs cette accusation dans la bouche de Berganza, là encore : « Entre ellos no hay castidad, ni entran en religión ellos ni ellas ; todos se casan, todos multiplican, porque el vivir sobriamente aumenta las causas de la generación. » (Cervantès 1995 [1613] : 350). Cependant, Bernard Vincent (2017 : 39-48) montre qu’il s’agit d’un mythe plus que d’une réalité, la forte mortalité infantile des morisques venant rectifier une natalité peut-être légèrement supérieure à celle des Vieux-Chrétiens.
Au chapitre 36, une lettre de Sancho à sa femme, écrite le 20 juillet 1614, permet de situer avec une exactitude tout à fait exceptionnelle dans le Quichotte le moment de la rencontre entre l’écuyer et son voisin morisque.
« No –dijo Ricote, que se halló presente a esta plática– no hay que esperar en favores ni en dádivas; porque con el gran don Bernardino de Velasco, conde de Salazar, a quien dio su Majestad cargo de nuestra expulsión, no valen ruegos, no promesas, no dádivas, no lástimas; porque aunque es verdad que él mezcla la misericordia con la justicia, como él ve que todo el cuerpo de nuestra nación está contaminado y podrido, usa con él antes del cauterio que abrasa que del ungüento que molifica » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/65, 1052).
« y así, con prudencia, con sagacidad, con diligencia y con miedos que pone, ha llevado sobre sus fuertes hombros a debida ejecución el peso de esta gran máquina » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/65, 1052).
Le premier décret publié, celui du royaume de Valence, dit : « El Rey, Y por su Magestad, Don Luis Carrillo de Toledo, Marqués de Caracena, señor de las Villas de Pinto, y Ynés, Comendador de Chiclana, y Montizon, Virrey Lugarteniente, y Capitán general en esta ciudad y Reino de Valencia por el rey nuestro señor. A los Grandes, Prelados, Titulados, Barones, Caballeros, Justicias, Jurados de las ciudades, villas, y lugares, Bayles generales, Gobernadores, y otros cualesquier ministros de su Majestad, Ciudadanos, vecinos, y particulares deste dicho Reino. » (Martinez 1999)
« el pregón y bando que Su Majestad mandó publicar contra los de mi nación »
Il s’agit d’une expression que nous retrouvons dans de nombreux décrets d’expulsion, et qui n’est pas sans rappeler les débats de l’époque autour de la « raison d’Etat » de Machiavel.
« Entendido tenéis lo que por tan largo discurso de años he procurado la conversión de los Moriscos deste Reino, y del de Castilla, y los Edictos de gracia que se les concedieron, y las diligencias que se han hecho para instruirlos en nuestra santa Fe, y lo poco que todo ello ha aprovechado, pues se ha visto que ninguno se haya convertido, antes ha crecido su obstinación. Y aunque el peligro, e irreparables daños que de disimular con ellos podía suceder, se me representó días ha por muchos, y muy doctos, y santos hombres, exortándome al breve remedio a que en conciencia estaba obligado, para aplacar a nuestro Señor, que tan ofendido están desta gente: asegurándome, que podía sin ningún escrúpulo castigarlos en las vidas, y haciendas, porque la continuación de sus delitos, los tenía convencidos de herejes, apóstatas, y proditores de lesa Majestad divina, y humana. » (Martinez 1999). Nous soulignons.
« Bien sabes, ¡oh Sancho Panza, vecino y amigo mío!, cómo el pregón y bando que Su Majestad mandó publicar contra los de mi nación puso terror y espanto en todos nosotros » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/54, 963). Nous soulignons.
« algunos había cristianos firmes y verdaderos ».
« Vuestras mercedes se queden con Dios y digan al duque mi señor que desnudo nací, desnudo me hallo: ni pierdo ni gano; quiero decir que sin blanca entré en este gobierno y sin ella salgo, bien al revés de como suelen salir los gobernadores de otras ínsulas. » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/53, 957).
« cuanto más que saliendo yo desnudo, como salgo, no es menester otra señal para dar a entender que he gobernado como un ángel » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/53, 958).
« vamos a acompañar a Sancho que entre alegre y triste venía caminando sobre el rucio a buscar a su amo, cuya compañía le agradaba más que ser gobernador de todas las ínsulas del mundo » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/54, 959).
« yo te daré doscientos escudos, con que podrás remediar tus necesidades, que ya sabes que sé yo que las tienes muchas » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/54, 965).
« - Yo lo hiciera –respondió Sancho–, pero no soy nada codicioso, que, a serlo, un oficio dejé yo esta mañana de las manos donde pudiera hacer las paredes de mi casa de oro y comer antes de seis meses en platos de plata; y así por esto como por parecerme haría traición a mi rey en dar favor a sus enemigos, no fuera contigo, si como me prometes doscientos escudos me dieras aquí de contado cuatrocientos. » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/54, 965).
« Ya se sabe que todo gobernador está obligado, antes que se ausente de la parte donde ha gobernado, dar primero residencia: dela vuesa merced de los diez días que ha que tiene el gobierno, y váyase a la paz de Dios. » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/53, 958). Il s’agit là d’une formalité judiciaire. Le Diccionario de la Real Academia Española donne pour le verbe residenciar la définition suivante : « Dicho de un juez: tomar cuenta a otro, o a otra persona que ha ejercido cargo público, de algo, especialmente de la conducta que en su desempeño ha observado. »
« Yo, señores, porque lo quiso así vuestra grandeza, sin ningún merecimiento mío, fui a gobernar vuestra ínsula Barataria, en la cual entré desnudo, y desnudo me hallo: ni pierdo ni gano. » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/55, 973).
« En efecto, yo entré desnudo en el gobierno y salgo desnudo de él, y así podré decir con segura conciencia, que no es poco: “Desnudo nací, desnudo me hallo: ni pierdo ni gano” » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/57, 980).
« […] doy un salto del gobierno y me paso al servicio de mi señor don Quijote, que, en fin, en él, aunque como el pan con sobresalto, hártome a lo menos, y para mí, como yo esté harto, eso me hace que sea de zanahorias que de perdices. » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/55, 974).
Pour le verbe avisar, le Diccionario de la Real Academia Española donne comme sens : « Dar noticia de algún hecho », « Advertir o aconsejar », « Llamar a alguien para que preste un servicio » ou encore « Prevenir a alguien de algo ». Tous les sens possibles du mot renvoient donc à un lien privilégié entre don Antonio Moreno et Roque Guinart, soit que celui-ci soit un conseiller du noble barcelonais, soit qu’il l’ait fait avertir de l’arrivée imminente de don Quichotte et Sancho par l’intermédiaire d’un messager.
« todos somos sus servidores y grandes amigos de Roque Guinart » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/61, 1020).
Tesoro de la lengua castellana o española, Madrid, Iberoamericana, 2006, p. 1297.
« La mujer de don Antonio Moreno cuenta la historia que recibió grandísimo contento de ver a Ana Félix en su casa. Recibiola con mucho agrado, así enamorada de su belleza como de su discreción, porque en lo uno y en lo otro era extremada la morisca, y toda la gente de la ciudad, como a campana tañida, venían a verla. » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/64, 1044).
Le futur à valeur d’injonction dans la réplique suivante le montre bien : « Una por una, yo haré, puesto allá, las diligencias posibles, y haga el cielo lo que más fuere servido –dijo don Antonio–. Don Gregorio se irá conmigo a consolar la pena que sus padres deben tener por su ausencia; Ana Félix se quedará con mi mujer en mi casa, o en un monasterio, y yo sé que el señor visorrey gustará se quede en la suya el buen Ricote, hasta ver cómo yo negocio. » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/65, 1053). Nous soulignons.
« Don Antonio se ofreció venir a la corte a negociarlo, donde había de venir forzosamente a otros negocios, dando a entender que en ella, por medio del favor y de las dádivas, muchas cosas dificultosas se acaban. » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/65, 1052).
« Don Antonio Moreno se llamaba el huésped de don Quijote, caballero rico y discreto y amigo de holgarse a lo honesto y afable, el cual, viendo en su casa a don Quijote, andaba buscando modos como, sin su perjuicio, sacase a plaza sus locuras, porque no son burlas las que duelen, ni hay pasatiempos que valgan, si son con daño de tercero. » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/62, 1021).
« Dos o tres días tuvieron los del palacio semejantes y mejores ratos de entretenimiento a todas horas con los tres huéspedes, que jamás los dejaron salir de casa, conociéndoles el humor y cuán ocasionados eran para alborotar la corte. » (Avellaneda 1971 : 400).
« Dejémoslos pasar nosotros, como dejamos pasar otras cosas, y vamos a acompañar a Sancho » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/54, 959).
« esperaba los cuatro días, que se le iban haciendo, a la cuenta de sus deseos, cuatrocientos siglos » (Cervantes [1605-1615] 2009 : II/54, 959).
C’est aussi ce que suggère l’analyse de Marc Angenot (1989 : 17-18) : « Le discours social d’une époque est organisé en secteurs canoniques, reconnus, centraux. Aux marges, à la périphérie de ces secteurs de légitimité, s’établissent dans un antagonisme explicite des « dissidences » : c’est là, apparemment, qu’il faut chercher l’hétéronome. »
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